23 noviembre 2006

y tú ¿En que crees?

Hace unos días gracias a una entrada de infonomía pude encontarme con This is I belive . Es un proyecto de una cadena de radio americana, la NPR que trata de recopilar las creencias de los americanos que son entrevistados; a parte del concepto prejuicioso que muchos podemos tener de ellos, me parece una buena idea, tal vez deberían de salir del ombligismo porque habla de los "valores de su país" podrían pensar también generalizarse y comprender que, como humanos, tienen muchos en común con el resto del mundo.
La pregunta ¿Tú en que crees? tiene su dificultad; recientemente me la he hecho, sobre todo cuando intenté rellenar una de estas webs 2.0 que son colaborativas y tratan de intercambiar nuestros conocimientos, se trata de Standpoint, en esta web te unes a la comunidad y escoges las creencias de los demás como tuyas, aportas nuevas y vas tejiendo la red e incluso puedes que te vayas reconociendo a tí mismo; además tiene una especie de enciclopedida donde puedes desarrollar tus creencias a modo de mapa conceptual.
Hace unos meses oí y también pude leer (mi inglés no es muy bueno) en All In The Mind un interesante debate sobre las creencias que merecería pena repasar nuevo.
Lo único que saco de todo esto es que, por mi experiencia, mis creencias las he sacado de momentos de crisis, momentos en los que tuve que tomar decisiones o estuve al borde de una gran duda que me afectaba a mí y/o a los demás. Recuerdo un día que empecé mi sistema de creencias en "No hacerle a los demás lo que no me gustara que me hicieran a mí". Si, suena bonito, y muchas veces cuando era niño en la iglesia me lo decía el cura, lo veía razonable, pero era un creencia dada, solo cuando me pusieron al borde del engaño o han tratado de que engañaras a alguien viendo sus desastrosas consecuencias, uno descubre el verdadero valor de esta creencia; Luego, sobre este pilar construí las demás, o reconstruyo las que voy adoptando. No creo que se tenga creencias para toda la vida, algunas sí, como la anterior.
Hay creencias que se clavan en tus tiernas neuronas cuando eres todavía niño y son muy difíciles de desprender; recuerdo el caso de cuando vivía en el pueblo y mis primos sevillanos se enteraron de que no era de ningún equipo de fútbol, entonces, como si de un bautismo fuera me dijeron: "tu de aquí en adelante eres del betis", y ... como si de agua bendita fuera, a partir de entonces, sufrí y viví sus derrotas y victorias. Me ha costado tiempo desprenderme de esta estúpida creencia, aunque confieso que a veces, de soslayo, presto a alguna atención los lunes como quedó en goles de la última jornada "ese" equipo.